Política Ciudadanizada
El proceso electoral en México acaba de finalizar, y con él, se desató una vorágine de información mediática: promesas y propaganda, verdades y mentiras, notas falsas y verdades a medias, excesos de todos lados que dejan a la ciudadanía atrapada en medio de estas luchas por el poder. La polarización y la confrontación entre ‘buenos’ y ‘malos’, los ‘unos’ y los ‘otros’ se ha convertido en el modus operandi de toda campaña política y así, entre las patas nos llevan a toda la ciudadanía que cada vez cuenta con menos espacios para la discusión y el diálogo, y aún menos para la generación de consensos que promuevan la convivencia en paz y justicia, a pesar de las diferencias.
Este año marca un hito en la historia política mundial, con un número sin precedentes de elecciones democráticas en todo el mundo. En México, será histórico por ser la primera vez que una mujer asuma la presidencia, lo que debería ser un signo de progreso en conseguir la igualdad de las mujeres, debería mostrar que el país está madurando política y socialmente. Sin embargo, este avance se ve empañado por una comunicación política muy poco constructiva, que deja entrever la aún poco madurada democracia de nuestro país.
Es imperativo repensar las prácticas políticas que ponen en marcha los partidos y la forma en que los gobiernos están asumiendo su responsabilidad de gobernar para todos y todas. La capacidad de coexistir en paz y con consensos sociales debería estar al centro de las campañas.
La promoción del cuidado y el bienestar de todas las personas, debería estar al centro, pero no es así, las campañas y los partidos políticos no están evolucionando al mismo nivel que necesitan estar para hacer frente a las crisis por las que atraviesa el mundo. Estamos inmersos en una crisis climática y diversas crisis humanitarias, lo que hace aún más urgente que la política se centre en las necesidades reales de las personas y en la protección del planeta.
En este espacio, cada mes, nos proponemos reflexionar sobre la política ciudadanizada que debemos exigir a nuestros representantes en este momento crucial. Este es un llamado a reclamar una política centrada en las personas, que promueva la justicia, la igualdad y el cuidado del medio ambiente. Es hora de exigir un cambio real y tangible en el ejercicio del poder, para construir un futuro más justo y sostenible para todos y todas. Para garantizarnos el derecho al futuro.